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El ojo seco posiblemente sea una de las consultas más habituales en la oficina de farmacia en cualquier época del año, pero que estos días se agrava aún más tras la falta de sueño, el consumo de alcohol, humo y todos los excesos propios de la Navidad.

Denominamos síndrome del ojo seco a un conjunto de síntomas como, inflamación, escozor, picazón, tensión que se producen por una mala lubricación ocular que afecta a todas las estructuras del ojo: córnea, párpados, lágrima… Puede deberse a una mala calidad de la producción de la lágrima, a un exceso de evaporación o a la baja cantidad de la misma.

Causas principales

  • Uso de lentillas.
  • Cirugía refractiva. Haber pasado por una intervención ocular, para corregir alguna ametropía,
  • Ambientes secos. Uso asiduo de calefacción o aire acondicionado..
  • Pantallas electrónicas que además envejecen nuestra retina.
  • Fármacos. Algunos medicamentos, como los antiacneicos orales, tienen como efecto secundario la disminución de la lubricación de todas las mucosas de nuestro organismo.
  • Cloro y Exposición solar prolongada. Mucho cuidado en playas, nieve y piscinas.
  • Cambios hormonales como ocurre en la menopausia, o tras un parto. La lubricación ocular disminuye, haciendo necesaria la utilización de lágrimas artificiales de manera puntual, aunque a veces el problema puede llegar a cronificarse.
  • Humo del tabaco y contaminación química en zonas industriales.
  • Lectura prolongada. El ojo se acomoda para aportarnos una mayor nitidez y su estructura se ve sometida a un esfuerzo que a veces exige un extra de lubricación.
  • Lagoftalmos nocturnos. Algunas personas no cierran totalmente los párpados al dormir, lo que provoca que se evapore la lágrima y se produzca sequedad ocular, que, si es severa, puede llegar a producir queratitis.

Lágrimas artificiales

El mejor método para combatir la sequedad ocular es la utilización de lágrimas oculares fluidas o en gel. Hoy en día en el mercado hay una gran variedad pero hay que tener en cuenta sus conservantes y activos antes de prescribirlas y nadie mejor que los y las profesionales de tu oficina de farmacia habitual.

La función de los conservantes es preservar la esterilidad de los preparados oftálmicos, pero su uso continuado puede provocar irritación ocular. Por este motivo siempre es mejor el formato monodosis, carente de estos activos e igualmente estéril. De hecho, ya encontramos en el mercado gotas artificiales para lubricar sin conservantes, que por el tipo de envase que llevan le confieren una vida de 6 meses una vez abierto.
En cuanto a los activos, uno de los más efectivos es el ácido hialurónico, que evita la evaporación del agua de la lágrima y es capaz de retener varias veces su peso en agua. Además, el ácido hialurónico se encuentra en distintas estructuras de nuestro cuerpo.

Pero, ¿qué concentración de ácido hialurónico deben llevar las lágrimas artificiales? Las encontramos normalmente en el mercado al 0,2 o al 0,4%. La primera suele utilizarse para casos de sequedad puntual por uso de pantallas electrónicas, y la concentración del 0,4% en los casos severos de síndrome del ojo seco o para la noche, cuando pasamos más horas con los ojos cerrados.

Las lágrimas artificiales llevan también otros activos lubricantes, como carmelosa, hipromelosa o carbómero, y en ocasiones la formulación incluye otros activos calmantes, como hamamelis, camomila y otros componentes naturales, ya que la sequedad ocular, si es severa, también puede provocar inflamación e irritación.

Limpieza de los ojos

Cuando padecemos ojo seco y usamos lágrimas humectantes, es muy importante retirar los restos con toallitas oculares estériles, que además de limpiar no resecan el párpado. Estas toallitas llevan activos calmantes y están humedecidas para no producir erosión.

Prolongaremos esta información próximamente en un segundo post.

FUENTES: GCI COMUNICACIÓN y EL FARMACEUTICO

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